Según un nuevo estudio publicado en ‘BJU International’, los hombres que han sido diagnosticados de cáncer de próstata presentan un riesgo aumentado de suicidio y de muerte accidental durante el primer año posterior al diagnóstico, en comparación con otros pacientes diagnosticados de otros tipos de tumores sólidos. El riesgo también aumenta cuando se ha recomendado el tratamiento definitivo pero aún no se ha recibido.
Los autores son investigadores de la Harvard Medical School de Boston (Estados Unidos), quienes opinan que es necesaria una estrecha monitorización y coordinación con profesionales de salud mental para atender a estos pacientes, diagnosticados de un cáncer que es potencialmente curable.

El estudio analizó datos de más de medio millón de pacientes diagnosticados de cáncer de próstata y de cerca de un millón diagnosticados de otros tumores sólidos. Encontraron que el riesgo de suicidio o muerte accidental era inferior entre los individuos diagnosticados de cáncer de próstata respecto al segundo grupo (0,2% y 0,6% frente a 0,2% y 0,5%), excepto en el primer año tras el diagnóstico. Por ejemplo, en los 3 primeros meses los pacientes con cáncer de próstata presentaron un riesgo cuatro veces mayor de suicidio y muerte accidental que los diagnosticados de otros cánceres.
Entre los pacientes a los que se recomendó un tratamiento pero no lo habían recibido o lo habían rechazado, el riesgo de suicidio aumentó un 32% y el de muerte accidental un 44%.
Para los autores, la depresión clínica asociada al diagnóstico de cáncer, el distrés secundario a la indecisión sobre el tratamiento o los efectos adversos relacionados con el tratamiento, como la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil, pueden contribuir a ese aumento del riesgo de suicidio. “Aunque el incremento del riesgo de suicidio es modesto, nuestros resultados reflejan el grave estrés psicológico que pueden experimentar los pacientes con cáncer de próstata tras el diagnóstico”.

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