La disfunción eréctil acecha al hombre y lo hace más de cerca cuando mayor se hace. Tanto es así que hasta el 30% de los hombres entre 60 y 70 años la presentan. Debido a esta elevada prevalencia, se trata de una patología para la cual se ha invertido tiempo y capital para poder tratarla adecuadamente.
Los fármacos orales como el sildenafilo (Viagra) son el principal tratamiento, aunque existen otros. Hoy os hablamos de la terapia con ondas de choque de baja intensidad. Esta terapia no se ideó para la disfunción eréctil, sino que se adaptó a ella al haber proporcionado beneficios en otras especialidades, como la cardiología o la traumatología.
Su acción se basa en la capacidad angiogénica (favorece la formación de vasos) y la mejora de la calidad del recubrimiento interno de dichos vasos (endotelio). Durante varias sesiones se aplican ondas de choque en el cuerpo del pene para intentar mejorar la calidad vascular, que en definitiva es la causa de la disfunción eréctil en una gran mayoría de casos (no mejorarán las causadas por alteraciones nerviosas o endocrinológicas)
En las guías clínicas más importantes no se ofrecen recomendaciones claras al respecto, no obstante es una terapia a tener en cuenta para su utilización y que se está poniendo de moda en los últimos años. Un estudio reciente compara y recaba los datos de varias publicaciones al respecto, aglutinando así unos 600 pacientes. Este metanálisis revelaba que los cuestionarios sobre disfunción eréctil de los pacientes tratados con ondas de choque presentaban puntuaciones mejores que los que no las recibieron.

Habrá que seguir investigando al respecto pero nos alegra ver como de vez en cuando aparecen nuevas terapias para patologías que nos interesan y nos preocupan a todos. Si tienes dudas al respecto, no dudes en acudir a tu urólogo.

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