La circuncisión o postectomía consiste en la resección de la piel del prepucio redundante. Los motivos de realizar dicha intervención pueden ser tanto médicos, en pacientes con fimosis, como culturales en ciertas religiones o sociedades.
Cuando el motivo de la circuncisión es médico la cirugía se suele llevar a cabo en la infancia, aunque en realidad la fimosis puede aparecer a cualquier edad y muchas veces se realizará en adultos e incluso en personas de edad avanzada. La intervención de la circuncisión se puede realizar bajo anestesia general (especialmente en niños) o de manera ambulatoria con anestesia local y suele durar entre 30-60 minutos. Las principales complicaciones que pueden aparecer son el sangrado o la infección de la herida quirúrgica.
Beneficios de la intervención
Se han descrito múltiples beneficios en pacientes sometidos a una postectomía o circuncisión. Por un lado, mejora la higiene genital ya que la zona queda más expuesta y limpia. A su vez, ello evita la contaminación por gérmenes y reduce el riesgo de padecer infecciones (balanitis) tanto fúngicas como bacterianas. Esto tiene especial interés en pacientes con factores predisponentes como pueden ser los diabéticos o aquellos afectados por una balanitis xerótica obliterans.
En segundo lugar, algunos estudios han indicado que reduce el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual durante la relaciones de riesgo sexual (VIH, sífilis, etc). Entre las infecciones genitales, cabe destacar la producida por el Virus del papiloma humano (VPH) que tanto puede permanecer silente como expresarse en forma de verrugas o condilomas, o incluso en determinados casos, aumentar el riesgo de padecer un cáncer de pene.
El cáncer de pene es una entidad infrecuente que suele afectar a hombres de edad avanzada y que puede suponer un riesgo elevado de mortalidad por su capacidad de diseminación. Es una patología que aparece de forma mucho más frecuente en pacientes no postectomizados, con fimosis y con poca higiene genital. Están descritas múltiples lesiones pre-malignas que requieren un tratamiento precoz y seguimiento estricto para prevenir la formación de un carcinoma de pene.
En conclusión, la circuncisión es una intervención de bajo riesgo y que puede ofrecer múltiples beneficios. A pesar de ello, no está justificado realizar una postectomía a toda la población de manera preventiva ya que no está exenta de complicaciones, pero si se indicará en pacientes con fimosis, lesiones pre-malignas o malignas, o con infecciones de repetición. En cualquier caso, lo que si está recomendado es la higiene genital en todos los casos.