La fimosis es una patología común de los genitales masculinos que consiste en la dificultad o imposibilidad de retraer el prepucio y descubrir el glande. Su aparición es fisiológica en los niños y suele resolverse a los pocos años de vida. En los casos en los que esto no sucede se procede a la realización de una postectomía o circuncisión.
Los pacientes pediátricos no son los únicos que pueden padecer esta patología, sino que también puede aparecer más tarde (es típico en ancianos con diabetes o con liquen escleroatrófico).

En la cirugía se retira la parte de piel del prepucio que ocasiona la estrechez y se vuelve a suturar la piel del pene a la mucosa (quedando en la mayoría de los casos el glande al descubierto). Esta sutura suele ser en forma de puntos simples o una varias suturas continuas de filamentos reabsorbibles. Esto significa que los puntos no requerirán retirada con material quirúrgico, sino que se “caerán” solos (aunque debes consultar siempre si hará falta o no).
El pene suele dejarse envuelto con gasas y/o apósitos grasos, formando un vendaje compresivo que deja el meato uretral al descubierto, por lo que se puede orinar pese al vendaje. Habitualmente, este compendio de gasas se retira a las 24 horas y posteriormente se procede a realizar las curas de la herida: lavar bien con agua y jabón, secar correctamente y dejar sin cubrir. En algunos casos también se recomienda dar toquecitos con una gasa humedecida con yodo. Estas curas se realizarán en el domicilio y se pueden alargar entre 7 y 10 días.
La erección suele ser un fenómeno temido por todos los pacientes que se someten a esta cirugía (en pocas ocasiones más se teme a dicha reacción corporal). Con ella los puntos pueden presentar mayor tensión y proporcionar dolor, que se salte algún punto o que sangre. No obstante, son pocos los pacientes que vemos en urgencias por estas complicaciones. Probablemente el dolor inicial que se produce al presentarse la erección actúa como factor disuasorio de la misma, evitándose así las complicaciones. Otros “remedios caseros” incluyen la aplicación de frío (hielo) en los mismos genitales o en alguna zona sensible del cuerpo. Utilizar fármacos para inhibir la erección no suele ser necesario, pero existe la opción.
Deberías tener una visita de control posterior a la cirugía (semanas después) para ver cómo ha quedado la cicatriz y valorar la funcionalidad del pene (que no quede fimosis residual, un frenillo corto no observado antes, etc.)

Como veis, son pocas las cosas que hay que tener en cuenta para tener una buena cura de la cicatriz de la circuncisión. Si tienes dudas al respecto, pregunta a tu urólogo de confianza.

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