Si tiene usted una vejiga hiperactiva, no se desespere. Existen tratamientos que pueden ayudarlo a controlar sus síntomas.
Las personas con una vejiga hiperactiva tienen un músculo vesical que se constriñe con demasiada frecuencia o sin previo aviso. Esto puede acarrear síntomas urinarios preocupantes, tales como:
- La necesidad de orinar con demasiada frecuencia (frecuencia miccional), que se define como orinar ocho o más veces al día, o dos o más veces durante la noche (nicturia).
- La necesidad de orinar de inmediato (urgencia urinaria).
- El escape involuntario de orina como consecuencia de la necesidad de orinar de inmediato (incontinencia urinaria de urgencia).
- Muchos no procuran tratamiento, posiblemente porque les da vergüenza o porque desconocen las opciones de tratamiento.
La buena noticia es que existen terapias para tratar estos síntomas. Entre ellas están: medicamentos orales, un parche o gel aplicados sobre la piel e inyecciones vesicales para los pacientes con síntomas más severos.
Existen varias opciones de tratamiento para la vejiga hiperactiva que ayudan a que los músculos vesicales se relajen y dejen de contraerse en momentos inoportunos. Los anticolinérgicos son una clase de medicamentos de uso difundido para el tratamiento de la vejiga hiperactiva. Estos medicamentos contienen oxibutinina, tolterodina, fesoterodina o solifenacín, y se cree que actúan inhibiendo las contracciones involuntarias de la vejiga.
Hace poco se probó el mirabegron, un medicamento que mejora la capacidad de la vejiga para almacenar orina al relajar el músculo vesical durante el llenado (los efectos secundarios incluyen presión arterial alta e infecciones del tracto urinario). En ciertas situaciones, el mirabregón puede aumentar la probabilidad de que no pueda vaciar la vejiga por cuenta propia, por ejemplo, si también está tomando otras medicinas para tratar la vejiga hiperactiva).
Para los adultos que no pueden usar o no responden adecuadamente a los anticolinérgicos, están las inyecciones de Botox (onabotulinumtoxinA). El Botox se inyecta directamente en el músculo vesical bajo anestesia local o general en el consultorio de un médico, usando una pequeña cámara que le permite al urólogo ver la pared interior de la vejiga.
El Botox hace que la vejiga se relaje, aumentando su capacidad para almacenar orina y reducir la incontinencia urinaria. Cuando los efectos del Botox se desvanecen, pueden administrarse más inyecciones, pero no antes de tres meses a partir de la última serie.
( Entre los efectos secundarios están las infecciones del tracto urinario y la incapacidad para vaciar la vejiga por cuenta propia).
Existen muchas opciones de tratamiento para los pacientes con una vejiga hiperactiva. No todos los medicamentos funcionan para todos los pacientes. Los pacientes tienen que dar el primer paso para buscar la ayuda de un profesional de la salud a fin de determinar si los síntomas que están experimentando se deben o no a una vejiga hiperactiva o a otra afección, y decidir qué tratamiento es el mejor.