Ondas de choque contra la disfunción eréctil
El 80% de los pacientes tratados experimenta mejoría
Un estudio realizado por Boston Medical Group revela que un 66% de los participantes lograron mantener relaciones sexuales con penetración de forma satisfactoria.
El 80% de los pacientes tratados con ondas de choque experimenta una mejoría en sus problemas de disfunción eréctil, según muestra un estudio realizado por Boston Medical Group.
Además, el trabajo revela que tras el tratamiento un 14% de los pacientes logran una erección del cien por cien y 56% afirma que es capaz de alcanzar una erección suficiente para la penetración durante la primera revisión mensual. En esta línea, un 66% de los pacientes que participaron en el estudio ha logrado mantener relaciones sexuales con penetración de forma satisfactoria.
Para realizar el estudio se ha analizado a hombres de entre 22 y 52 años de edad y con una media de 42 meses experimentando problemas de disfunción eréctil. Entre ellos, se encuentran pacientes que previamente habían probado tratamientos con fármacos o inyecciones intravenosas y un tercer grupo a los que ninguno de los tratamientos anteriores les había funcionado.
Las ondas de choque llevan años utilizándose para poner remedio a problemas como los cálculos renales o incluso en fisioterapia o medicina deportiva. En el caso de la disfunción eréctil, estas ondas de baja intensidad trasmiten energía y aceleran los procesos de autocuración en el cuerpo.
Además, la transmisión de ondas de choque de forma local genera un efecto de neovascularización o angiogénesis que mejora el metabolismo, estimula la formación de redes de vasos sanguíneos microvasculares y aumenta el riego sanguíneo del tejido eréctil, con el fin de lograr y mantener una erección completa y constante en el paciente.
En cada sesión se aplican 3.000 ondas de choque de baja energía repartidas en 10 diez zonas del pene para poder actuar sobre la totalidad del tejido eréctil. Los mejores resultados se observan a partir del primer mes después de acabar el tratamiento, y la duración total suele ser de cinco semanas, con una sesión semanal de aproximadamente 20 minutos.
Este tratamiento está indicado para la mayor parte de los pacientes cuyo problema esté relacionado con la disfunción eréctil de origen vascular (que son en torno al 80% de los casos). La terapia, incluso, permite a los pacientes con disfunción eréctil severa (aquellos a los que los medicamentos no les funcionan), regenerar los vasos sanguíneos y comenzar a tener relaciones, con medicación o sin medicación.
Por otra parte, es un proceso curativo completamente seguro y sin efectos secundarios tras el cual los pacientes son capaces de volver a su rutina diaria inmediatamente después de cada sesión de tratamiento. Además, es indoloro, no requiere sedación o procedimientos preparatorios y es perfectamente compatible con otros tratamientos farmacológicos.
Fecha de publicación: 28-05-2015