En la consulta de cualquier sexólogo la disfunción eréctil es una de las demandas más habituales. De hecho, es normal que todos los hombres sufran algún episodio a lo largo de su vida, ¿quién no ha tenido un “gatillazo”?
De todos modos, los datos resultan alarmantes: Se estima que en España el 19% de los hombres entre 25 y 75 años sufren de disfunción eréctil como tal y, en concreto, la mitad de los hombres entre 60 y 70 años viven en esta situación.
Las razones pueden ser múltiples, ahora hablaremos de ellas, pero el verdadero problema es lo poco que se consulta sobre esta temática. Todos sabemos que “hablar de sexo” no resulta sencillo para todos, menos aún cuando debemos abordar un tema tan íntimo y relacionado con la masculinidad como es la erección.
Por suerte, Internet se ha vuelto una fantástica herramienta en este sentido. Contamos con la información al alcance de nuestra mano, incluso con profesionales dispuestos a resolver nuestras dudas gratuitamente.
Hombres y mujeres buscan sobre los distintos tratamientos posibles y sobre los efectos que estos provocan. A menudo esto lo hacen después del diagnóstico, en otras ocasiones son las propias parejas quienes “se autodiagnostican”.
Sin duda, como vendrás sospechando, el papel de la mujer en las parejas heterosexuales donde el hombre sufre disfunción eréctil se ha vuelto esencial. Los terapeutas lo tenemos claro: cualquier disfunción sexual es cosa de dos. Ellas se implican y lo viven a su manera, pero cuando colaboran y tienen una buena actitud el éxito en la solución es altísimo.
La Dra. Ana Rosa Jurado, médica-sexóloga del Instituto Europeo de Sexología Marbella, afirma que la actitud más generalizada es que, si la incapacidad de mantener una erección por parte del hombre es algo puntual o algo que ocurre ocasionalmente, no tiene ningún tipo de importancia para ellas. Sin embargo, todo depende de la opinión personal y cada mujer puede reaccionar de forma diferente. Algunas respuestas habituales son:
  • Ser empáticas y comprensivas, acercándose más a su pareja.
  • Interpretar que no son deseadas o que no son habilidosas sexualmente, lo que les genera inseguridad y culpabilidad.
  • Sentir rencor ante la interpretación de que “él no hace nada por arreglarlo”.
  • Vivirlo como un beneficio al no tener que mantener relaciones que no desean.
Sea como fuere, concienciar a la pareja en la búsqueda de una solución es importantísimo.
Llegados a este punto nos planteamos ¿cuáles son estas soluciones? ¿qué tratamientos existen para la disfunción eréctil? Todo dependerá de la problemática concreta y de cada persona pero hoy por hoy contamos con:
  • Fármacos tópicos
  • Fármacos orales
  • Terapia intracavernosa
  • Dispositivos de vacío
  • Terapia intrauretral
  • Cirugía revascularizadora (venosa, arterial)
  • Prótesis peneana
  • Terapia sexológica
¿cuales son las causas que provocan la disfunción eréctil?
  • Problemas vasculares: Cuando hay problemas para llenar y retener la sangre en el pene.
  • Patologías neurológicas: Cuando hay problemas a nivel cerebral y medular en las “órdenes” que se envían al pene.
  • Problemas hormonales: Lo más habitual es por el déficit de testosterona pero podría haber otras razones hormonales.
  • Por la toma de medicamentos: Los más habituales son aquellos para el tratamiento de la hipertensión o de trastornos psicológicos.
  • Psicológicas/sexológicas: Problemas con la pareja, depresión, estrés, preocupaciones, exigencias en el terreno sexual, etc.
Por supuesto, como vemos la disfunción eréctil puede ser de distintos tipos y también presentarse en diferentes grados. Debe ser un especialista quien determine en qué situación nos encontramos y cuál es el tratamiento más adecuado.
No debemos olvidar que la disfunción eréctil puede ser un síntoma de otras enfermedades. En concreto, solemos definirla como síntoma centinela de graves enfermedades como la diabetes o problemas cardiovasculares, por lo que es fundamental acudir a un especialista.

Con este artículo espero que, con respecto a la disfunción eréctil, todo haya quedado un poco más claro. 

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