Las cirugías oncológicas para tratar tumores de próstata, de vejiga o colorrectal, así como problemas derivados de distintas vasculopatías, pueden estar tras la disfunción eréctil. Cuando otras terapias han fracasado, una prótesis es la solución más efectiva.

La disfunción eréctil es más habitual a medida que se envejece, pero también puede ser debida a otras causas. Para tratarla existen diferentes abordajes, principalmente, la administración de fármacos. Sin embargo, estos no son siempre efectivos. El último recurso es la implantación de una prótesis de pene, una intervención en la que el Hospital de Bellvitge, en Barcelona, es un centro de referencia a nivel estatal.
Aprovechando la experiencia y excelencia de sus cirujanos, se ha organizado el V Curso de cirugía protésica para la disfunción eréctil y reconstructiva genital. Un evento que ha reunido a los cirujanos andrólogos más importantes de España y en el cual se han abordado las últimas novedades en este campo.
El curso se aprovechó para tratar temas como la enfermedad peritoneal y nuevos abordajes que están teniendo un gran éxito. Tuvo un espacio dedicado además para el tema de la reasignación de sexo. Pero, sin duda, la gran estrella del programa fue la cirugía para la implantación de prótesis de pene.
Una de las grandes mejoras en este campo ha sido la de la durabilidad de las prótesis. En este sentido se ha producido un cambio radical y estamos hablando de muy altos porcentajes de duración. Así, la supervivencia de la prótesis de última generación a los 5 años es de un 95 por ciento, de un 90 por ciento a los 10 años y de un 75 por ciento a los quince” ha apuntado Josep Torremadé, cirujano de la unidad de andrología del servicio de urología del Hospital de Bellvitge y director del curso.
Gran demanda
Torremadé explicó también que cada vez existe una mayor demanda de este tipo de operaciones. “Entre un 20 y un 50 por ciento de los varones tiene problemas de erección. Evidentemente, la prótesis es el último de los recursos, cuando ya se han agotado las otras opciones, pero ofrece unos excelentes resultados”. Así, hasta un 90 por ciento de los pacientes que ha sido intervenido ha manifestado su satisfacción con el resultado, unos porcentajes superiores al de otros recursos como la terapia farmacológica.
El Hospital de Bellvitge es un centro de referencia, y así en el último año se han realizado un total de 30 operaciones para la implantación de una prótesis de pene. “La mitad estaba relacionados con complicaciones después de cirugías oncológicas de cáncer de próstata, colorrectal o vejiga. La otra mitad son pacientes con problemas por diferentes vasculopatías derivadas de problemas como la obesidad, la edad o la diabetes. Pero también hay un grupo muy importante de aquellos que vienen para recambiar sus prótesis”, ha explicado Josep Torremadé.
Otros pacientes que también pueden aprovecharse de este tipo de implantes son aquellos afectados por alguna lesión medular. “Son pacientes especiales, en los que hay que tener un especial cuidado porque tienen un mayor riesgo de sufrir una infección. Pero en este caso, la prótesis de pene también puede facilitar los autocateterismos y ayudar a vaciar la vejiga, por ejemplo. Así que es otra posible indicación de este tipo de intervención que no conviene olvidar”, ha apuntado Torremadé.
La intervención para la implantación de la prótesis es sencilla, con una duración de unos treinta minutos. Tras ella, el paciente puede recibir el alta sin problema y sin necesidad de una hospitalización. “En quince días más o menos ya pueden llevar a cabo sus actividades sexuales de una forma normal”.
En principio, cualquier paciente es candidato a este tipo de cirugía. Solo estaría desaconsejado para aquellos que tengan algún diagnóstico que les impida mantener relaciones sexuales. “Lo más importante es que el paciente esté motivado y tenga claro que quiere llevar a cabo la operación. Después su funcionamiento es muy sencillo y es él quien decide cuando se activa y cuando se para. Además, resultan prácticamente imperceptibles y solo médicos o enfermeras que estén familiarizados con estas prótesis se dará cuenta de que están implantados”, ha concluido Josep Torremadé.

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