La disfunción eréctil o impotencia es una enfermedad que afecta aproximadamente al 20% de hombres en España. A pesar de que en la mayoría de casos los fármacos vía oral son eficaces para el tratamiento de los problemas de erección, un 15% de hombres no responde al tratamiento vía oral. En estos casos el implante de una prótesis de pene puede ser la solución definitiva para mejorar los problemas de erección.
Las prótesis de pene más utilizadas actualmente son las llamadas “de tres componentes” o “hidráulicas”. Los cilindros que se colocan en el pene están vacíos mientas la prótesis está desactivada, y se pueden llenar a voluntad mediante una bomba de hinchado que se coloca en el escroto. Las prótesis hidráulicas permiten una erección casi completamente normal y son muy discretas cuando están desactivadas.
El implante de una prótesis se realiza mediante una cirugía a través de una incisión en el escroto. El postoperatorio suele durar aproximadamente 24-48h y tras 6 semanas se puede volver a mantener relaciones sexuales. La principal complicación de un implante de prótesis de pene es la infección, que ocurre aproximadamente en el 3% de personas.
Tras la cirugía no suelen quedar cicatrices visibles y la sensibilidad del pene no se altera en absoluto. La prótesis permite recuperar la rigidez del pene y normalizar las relaciones sexuales. El dispositivo implantado no necesita recambio ni mantenimiento, y aproximadamente el 70% de prótesis siguen funcionando correctamente 10 años después de su colocación.
Las prótesis son un tratamiento muy bien valorado por los hombres (y también por sus parejas): más del 90% de hombres a los que se les implanta una prótesis de pene están satisfechos o muy satisfechos con el tratamiento.